Cuentan los historiadores del jazz que la música de Glenn Miller fue resistida durante mucho tiempo por los críticos de la época e incluso por buena parte del público más aficionado al género. ¿La razón? Consideraban que su orquesta generaba una versión demasiado almibarada del jazz, que más tenía que ver con el pop, y otras veces la tildaban de demasiado estructurada respecto a la frescura propia de la improvisación que caracteriza al jazz. Es verdad que su orquesta desgranaba melodías aterciopeladas. A tal punto que lo suyo fue calificado de “sweet jazz” (o sea “jazz dulce”), según cuenta el musicólogo Richard Carlin, quien no sólo le atribuye arreglos almibarados, sino también un gusto por letras románticas.
Glenn Miller nació en Iowa en 1904, pero se educó en Nebraska y Missouri, todos estados del centro de los Estados Unidos. Si bien la corneta fue su primer instrumento, a los 12 años prefirió el trombón para poder tocar en la banda de su pueblo. El trombón sería su instrumento. Estamos hablando de ese instrumento de viento similar a una trompeta pero a vara, de los más graves de la línea de instrumentos de bronce.
La primera gran banda en la que tocó fue la del baterista Ben Pollack, en los años '20. Allí compartía escenarios con el clarinetista y director Benny Goodman. A mediados de los años '30, Miller trabajó durante un tiempo con los Dorsey Brothers y en 1937, tras integrar muchos otros grupos, decide fundar su propia banda. Dos años después, su música era de lo más popular que circulaba por las radios, las rockolas y los tocadiscos de todo el mundo. Pero buena parte de su repercusión nació en las pistas de baile. Estamos en plena era del swing, ese estilo del jazz caracterizado por su carácter bailable cuando el jazz todavía era un fenómeno de masas.
Su primer gran éxito fue Moonlight serenade (Serenata a la luz de la luna), un buen antídoto contra el escepticismo que había dejado la depresión de los años '30 y que potenciaba el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Como músico de masas, Miller tiene varios récords: tuvo más de 120 éxitos, 22 de sus interpretaciones fueron las más vendidas en diferentes períodos y el primer disco en vender más de un millón de ejemplares, que fue el que incluyó su versión de Chatanooga choo choo.
En un artículo publicado en el diario La Nación en 2005, el crítico musical Jorge Andrés cuenta que Miller venía de una formación jazzera, pero que se distanció adrede del jazz porque se sabía técnicamente inferior a otros directores de la época y también para intentar en libertad un estilo dignamente comercial. Dice también que era mayor que las demás estrellas de la época y que le llevó más tiempo lograr el éxito masivo. Pero producto de su constancia (y de su talento, claro), finalmente lo consiguió.
Vamos a escuchar en qué consistía esa música resistida por los puristas del jazz y que tanto prendió en la multitud:
Moonlight serenade (Miller)
Chatanooga choo choo (Warrem – Gordon)
Little brown jug (Miller)
Todos por la Orquesta de Glenn Miller.
Libreto del programa n° 13 de Melografías, emitido el 20-9-2011 por Radio Semilla, FM 106,7 MHz de la ciudad de Buenos Aires.