El saxofonista acaba
de editar Son dos, un disco en el que confirma sus dotes de melodista.
Lo acompaña allí una multitud de músicos notables, algunos de los cuales
estarán también el próximo jueves cuando lo presente en vivo. Al final de esta charla nos cuenta cómo fue musicalizar las proyecciones que recibió la fachada del Cabildo el 25 de mayo de 2010.
No es es el único que habla de “canciones
instrumentales”. Rubén Rada, por ejemplo, usó ese concepto para describir el
material de Confidence, su último CD con novedades. Ahora quien dice que
los temas se pueden cantar aunque no tengan letra es Ramiro Flores, uno de los
saxofonistas más dúctiles y activos del circuito jazzero argentino. “Tienen
formato de canción, con una melodía muy cantable, a diferencia de lo que pasa
con una sinfonía o con un solo de jazz”, argumenta al referirse al contenido de
Son dos, su segundo disco solista, recién salido del horno.
En rigor, dos de los nueve temas
de la flamante placa tienen tramos cantados, pero constituyen una excepción. El
resto de las pistas se resuelven en fórmulas meramente instrumentales que,
efectivamente, suelen tener un leitmotiv recurrente. En todos los casos, con un sonido muy libre que, aunque de
fuerte impronta jazzera, ofrece muchas variantes que lo desmarcan de las
etiquetas. Al considerar las resonancias de su música, el propio Flores opina:
"Suena a jazz por la instrumentación y por los acordes de muchas notas,
pero no se puede entroncar claramente en una tradición determinada. Se me
ocurre que aparecen algunas cosas que escuchaba de chico". Y ahí, en esas
influencias siempre reveladoras, vuelve a aparecer la canción: "Los
Beatles, Michael Jackson, la música de Los Cazafantasmas, mucho tango, las arias
que cantaba mi vieja, el folclore que después toqué por trabajo", enumera al armar esa Babel de ritmos que suele ser el oído porteño.
Como en su primer disco solista, Flores reunió esta vez sólo piezas propias. "Me resulta más fácil expresarme a través de
la composición que interpretando a otros. Para atraer más rápido tal
vez convenga hacer temas ya conocidos, pero no soy de moverme pensando en cómo
enganchar a la gente", explica al justificar su elección.
Para concretar sus
"canciones instrumentales" Ramiro se basó en un cuarteto: Richard Nant en trompeta, Hernán
Jacinto en teclados, Sergio Verdinelli en batería y él mismo en saxos tenor y soprano, flauta, clarinete, teclados y
voz en uno de los temas. Una formación que, respecto del trío clásico de jazz, prescinde del
contrabajo y suma vientos varios. "En realidad, tocamos sin bajo en
general –aclara–, porque fijate que tampoco tenemos bajo eléctrico. Hernán toca
los bajos con la mano izquierda. En cuanto a la instrumentación, lo nuestro es más bien una
extensión del 'organ trio'".
Pero los entramados del
disco, editado por Lapacho Records, tienen muchos más protagonistas.
Desde músicos de renombre (como el clarinetista Martín Pantyrer o los
contrabajistas Mariano Otero y Jerónimo Carmona) hasta ocasionales integrantes
de un coro de niños en la mentada Doctor. Una versión
instrumental de esa canción fue grabada para el videoclip promocional
que puede verse en vimeo.com/36804703
El contenido de Son dos
tendrá una presentación formal el próximo jueves 12 a las 21, cuando Flores lo toque en Café Vinilo (Gorriti 3780, CABA). Allí el saxofonista estará
acompañado por Hernán Jacinto en teclados, Sergio Verdinelli en batería,
Patricio Carpossi en guitarra y Sergio Wagner en trompeta. Un grupo estable al
que se irán sumando Ayelén Zucker (voz),
Juan Pablo Di Leone (flauta), Martín Pantyrer y Christian Terán (clarinetes) y
María Noel Luzardo (fagot). "Son tan buenos músicos que me da un poco de
miedo tocar con ellos", los piropea. El repertorio de aquella noche
incluirá además otros temas que vienen "amasando" con el cuarteto,
según adelanta.
A
pesar de su juventud, Flores ya tiene un frondoso currículum que lo distingue
como músico sesionista, acompañante, compositor e integrante de diferentes
formaciones. Entre esos antecedentes, llama la atención la factura de la banda
de sonido para las proyecciones que se hicieron sobre el Cabildo de Buenos
Aires el día del bicentenario bajo la dirección de Esteban Sapir. El resumen de
más de 200 años de historia nacional en apenas 12 minutos de audiovisual fue
una de las ideas más celebradas por la multitud que aquel atardecer escuchó la
música incidental diseñada por Ramiro, tanto en la misma Plaza de Mayo como por
televisión. Cuenta él con humildad: "El formato se llama 'building
maping'. Implica un trabajo muy de ida y vuelta entre los responsables de las
imágenes y el compositor".
Semejante
logro no fue una rareza aislada. Ramiro ya había musicalizado un trabajo
similar que se proyectó en febrero de 2010 en Mar del Plata, volvió a comentar
musicalmente dos siglos de historia en otro "building mapping" armado
el año pasado con motivo del bicentenario del Paraguay y, hace un par de
semanas, le puso sonido a una proyección alusiva a la historia de la
Universidad Nacional de La Plata. Tareas que, en definitiva, condensan la
necesidad tantas veces imperiosa que siente el músico de poner determinada nota
en el momento justo para contar algo.
Carlos Bevilacqua
Publicado el 8-7-2012.
Foto del sitio web del
artista.
Nota: se pueden escuchar cuatro temas de Son dos en www.ramiroflores.com.