Movimientos que curan


La 1ª jornada sobre Danza Movimiento Terapia, organizada por el IUNA, dejó valiosos testimonios sobre tres líneas de investigación. Una buena manera de empezar a descubrir cómo el trabajo con el cuerpo puede mejorar la calidad de vida en diferentes ámbitos y circunstancias.

      Aunque atractiva, la consigna sonaba pretenciosa y hasta algo críptica a los oídos del no iniciado: “Danza y salud, superando la escisión moderna”. Pero valió la pena madrugar un sábado para interiorizarse en los alcances de una disciplina relativamente nueva pero, por lo escuchado, llamativamente poderosa para el tratamiento de diferentes patologías, discapacidades y situaciones traumáticas, así como para el mejoramiento de la calidad de vida de los adultos en general.
      La primera Jornada Universitaria sobre Danza Movimiento Terapia (DMT) se llevó a cabo el 28 de mayo último en una de las sedes del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA), cuyo Departamento de Artes del Movimiento fue el responsable de organizar el encuentro. Un auditorio numeroso, compuesto en un 90% por mujeres, escuchó atento las exposiciones de la mañana y participó, en alta proporción, de los talleres brindados por la tarde. Todo en un amplio y luminoso salón ubicado en el segundo piso del edificio que el IUNA tiene en Bartolomé Mitre 1869 de la CABA.
      “Es un área muy niña respecto de las determinaciones que supone un campo disciplinar, profesional, científico y académico”, admitió en sus primeras palabras la licenciada Marcela Bottinelli, directora de la Maestría en Danza Movimiento Terapia (DMT) del IUNA. “Nuestro posgrado busca no sólo una formación personal de los profesionales sino también construir ese campo de conocimiento, fundamentado en nociones validadas”, explicó.
      A manera de introducción a las disertaciones de la mañana, Bottinelli contó que cuando desde la maestría se propusieron trabajar en la acreditación de fundamentos científicos para la DMT surgió el doble desafío de estimular la producción escrita, por un lado, y construir el campo disciplinar, por otro. “Para responder a esas necesidades implementamos líneas de investigación como parte del último tramo de la cursada obligatoria para los alumnos de la maestría. De los proyectos de investigación que se presentaron a un concurso, seleccionamos las tres líneas que nos parecieron más interesantes, que son las que se van a exponer a continuación”.
      En un pasaje Bottinelli también se refirió a las dificultades que enfrenta la DMT en su camino de validación de conocimientos. “Al pensar la interacción entre arte, ciencia y salud, se mantienen visiones tradicionales de escisión entre mente y cuerpo. Eso complica el trabajo de todos los que pretendemos construir conocimiento desde otra perspectiva, o sea no en la tradición positivista, de ciencia única y objetiva, sino en las posibilidades de cualquier campo de conocimientos y prácticas, siempre que siga parámetros de validación científica”.



1ª línea. La comunicación no verbal

      Las primeras en describir su línea de investigación fueron Diana Fischman y Patricia Celis Banegas, responsables de un proyecto focalizado en los vínculos de la teoría de la comunicación no verbal con las prácticas de DMT. Fischman es psicoterapeuta especializada en DMT. En 2000 fundó la Asociación Argentina de Danzaterapia y es la creadora del Centro Brecha, institución enteramente dedicada a la danzaterapia en la ciudad de Buenos Aires. Celis Banegas es licenciada en antropología e investigadora de la comunicación no verbal.
      “Consideramos el lenguaje verbal y el no verbal a través del conocimiento afectivo y de la empatía kinestésica. Así entramos en el mundo del otro, tratando de valorar lo no verbal”, contó Fischman.
      “Según varios autores, alrededor del 93% de nuestra comunicación es no verbal”, aportó a continuación Celis Banegas, quien luego desglosó las áreas que se proponen cubrir en una línea de investigación planificada pero todavía no aplicada.
      “A través de la kinética estudiaremos el cuerpo en movimiento con significado social. A la kinética corresponde el estudio de los gestos, las posiciones, los movimientos estereotipados, los movimientos socialmente aceptados”, adelantó.
      “Otra de las ramas de conocimiento que pensamos recorrer es la proxémica, o sea el estudio del uso del espacio, cómo se vinculan en nuestro ser el espacio con el tiempo, la organización del territorio y las formas en que nos movemos”, agregó. Por último, incluyó entre los objetos de estudio la comunicación táctil con significado social.
      A continuación, Fischman explicó: “El hombre se mueve para satisfacer sus necesidades y también es movido por valores intangibles que lo motivan, que lo impulsan. Esos movimientos surgen de tensiones internas del organismo y también de los ambientes en los que se desarrollan”.
      Respecto del proyecto descripto, puntualizó: “Nuestra práctica tiene que ver con lo que sentimos, con lo inefable, con lo que nos pasa cuando nos movemos, cuando sentimos que somos parte y que todo nuestro cuerpo está presente. Buscamos ayudar a recuperar el movimiento de quien lo tiene adormecido, bloqueado o eliminado. En el camino de la recuperación del movimiento se da además una transformación personal a través del autoconocimiento y el conocimiento del otro. El movimiento también crea estructuras. Buscamos alivio y bienestar a situaciones de dolor y sufrimiento”.
      El cierre de la exposición estuvo a cargo de Fischman, quien enumeró las consignas que se plantean en el proyecto:

– ¿Existen características particulares comunes a quienes eligen algunos movimientos? Por ejemplo: ¿cómo son los deportistas, cómo son los médicos, cómo son los danzaterapeutas?
– ¿Qué prácticas de movimientos caracterizan a determinados grupos específicos y cómo se vinculan entre sí?
– ¿Cómo ha evolucionado el concepto de intimidad? ¿En qué patrones pueden detectarse?
– Progresos y disonancias en la comunicación táctil en los procesos de socialización.
- ¿Participar en procesos de DMT disminuye el nivel de actitudes antisociales en grupos marginados?
– ¿Cómo se comunican los cuerpos en situaciones concretas de interculturalidad?
– ¿Qué tipo de intervención se ajusta más a diferentes edades? Cuerpo y estigma. Formas de movimiento valoradas y rechazadas en cada período.
– ¿Trabajar sobre el uso del espacio puede transformar los niveles de violencia?
– ¿Qué ventajas y desventajas tiene el contacto físico en psicoterapia?
– El efecto contagio dentro de un grupo y entre grupos.

      “El movimiento produce modificaciones a nivel psicológico, promoviendo bienestar psíquico y desarrollo en los individuos y en las comunidades. Estamos tratando de superar la escisión mente-cuerpo para lograr seres más íntegros”, había dicho ella misma al comienzo de su intervención.
      Hay más información sobre las experiencias de Fischman y Celis Banegas en www.brecha.com.ar/ y en www.patronesdemovimientoeinteraccion.blogspot.com/


2ª línea. En el hospital

      Enfática, entusiasta y desbordando su propio libreto, la médica alergista María Eugenia Lacour, logró transmitir su pasión por la danzaterapia en la siguiente exposición, titulada “La DMT como recurso en la prevención primaria, secundaria y terciaria en el paciente somático hospitalario”. Así se presentó ella misma: “Estoy muy contenta de tener la maestría en DMT en la Argentina. Creo que jerarquiza nuestra profesión. A mí me respalda. Necesito sostener lo que yo sé que funciona porque hace 10 años que hago danzaterapia hospitalaria con mucha felicidad. Soy bailarina de danzaterapia desde hace 22, cuando no existía la DMT en la Argentina. Para mí la DMT fue primero un camino de autoconocimiento, hoy es un camino laboral en el ámbito del hospital público. Soy una agradecida a este camino de corporalidad”.
      A continuación, pasó a presentar “una línea de investigación biomédica”, según la definió. “Esta experiencia nació a partir de una pasantía. Hice mi primera experiencia en un taller con pacientes oncológicos durante cuatro años, con mucha supervisión y contacto, entre 2001 y 2004. ¿Qué pasa después de una enfermedad como el cáncer? Me encontré con una población maravillosa. Porque por un lado me llevaron a trabajar con mis propios sufrimientos, mis fantasmas y, por otro, encontré rápidas transformaciones que con pacientes neuróticos tal vez hubiesen tardado dos años en producirse. Me refiero a alcanzar determinados patrones de movimiento, o a mirarse a los ojos. Los pacientes que atravesaron una enfermedad como el cáncer rápidamente necesitan lugares potentes y la corporalidad es muy potente”, asegura. “El movimiento del cuerpo favorece muchas rehabilitaciones. Yo veo cómo mis pacientes vuelven a su médico con satisfacción, con una sonrisa, mejorando su calidad de vida”, ejemplificó.
      Respecto de su rol como danzaterapeuta, agregó: “También trabajo mucho en la prevención primaria, secundaria y terciaria”, conceptos que ella misma aclaró. “Hablamos de prevención primaria cuando el paciente está en estado de salud; secundaria, cuando hay un tratamiento para hacer; y terciaria cuando hay una secuela y el paciente tiene que volver a apropiarse del cuerpo, hacer duelos, buscar sus nuevas potencias, sus nuevos colores, qué capacidades sí tiene. En mis talleres participan pacientes, parientes, vecinos y profesionales de la salud. También tengo un grupo sólo de hombres, que es muy interesante porque afloran movimientos poéticos en varones de entre 55 y 75 años con sobrepeso”.
      A su vez, ponderó los alcances de la DMT como eficaz recurso para tratar trastornos relacionados con la menopausia, las migraciones y la discapacidad no congénita, así como para afrontar los desafíos que implica ser familiar de un niño con discapacidad.
      “Tenemos una mirada biocéntrica, le sumo a la medicina la psicología, la antropología, la filosofía y la sociología. Tomamos como bibliografía basal de esta línea a Sharon Goodill, por su libro “Introducción al conocimiento de la danza terapia médica”, que trata sobre personas cuyo motivo de consulta primaria es un tema somático”, especificó.
      El sustento teórico de su actividad volvió a surgir cuando opinó: “En los últimos años hubo una fuerte revisión de los tratamientos del paciente crónico. La enfermedad está siendo redefinida para incluir no sólo el aspecto físico sino también los otros tres cuadrantes: el mental, el emocional y el espiritual”.
      “La danzaterapia tiene mucho que ver con la calidad de vida. No es lo mismo tener un baño de adrenalina que un baño de endorfina. No es lo mismo ir a hablar con mi jefe si antes hice ‘grounding’ que si no lo hago”, ejemplificó luego.
      A manera de conclusión, Lacour expresó: “La DMT es arte + ciencia + cuerpo. Por eso es un asunto complejo. Cuando hablo de cuerpo, hablo de movimiento.¡Si supieran cuánto de su felicidad futura depende de una vida de movimiento intenso!, tal como dice Rudolf Von Laban a partir de su mirada sobre la importancia del movimiento espontáneo”.
      Antes de despedirse, Lacour dejó varias sugerencias para los danzaterapeutas actuales o en potencia que poblaban el auditorio del IUNA:

– Saber inglés para poder intercambiar conocimientos en el exterior. “En Estados Unidos, Europa y Asia (principalmente en Israel) se viene trabajando mucho en DMT”, afirmó.
– Estar en red. “Conviene para supervisamos, para mantenernos en contacto. Si no, ¿quién cuida a los que cuidan? Yo hace 11 años que me junto con un grupo de danzaterapeutas”.
– Participar de la Asociación Argentina de Danzaterapia. “Eso genera mucha red, por lo tanto es muy positivo. Me gustaría llegar a tener estándares, un código de ética y hasta una matrícula profesional de danzaterapeuta”.
– “Practicar la DMT con disciplina pero dentro de un marco de disciplina disfrutable, posible, con compañía, con algo rico para comer. Y con práctica de DMT personal”.


3ª línea. Recuperar el movimiento

      Bajo el título de “Aplicación de DMT en el espacio público comunitario”, expusieron por último Aurelia Chillemi y Norma Alcaide, quienes como facilitadoras vienen llevando adelante desde 2002 un espacio de creación coreográfica en Grissinopoli, una fábrica recuperada por sus obreros en el barrio porteño de Chacarita.
      Además de danzaterapeuta, Chillemi es bailarina, coreógrafa, docente, psicoanalista y licenciada en Artes del Movimiento. Alcaide, en tanto, es licenciada en Ciencias de la Educación, profesora de grado y posgrado en el IUNA y, como Chillemi, investigadora en danza comunitaria.
      “Es un proyecto de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, considerando que los espacios de desarrollo creativo mejoran la calidad de vida de las personas”, justificó Chillemi a poco de empezar a hablar.
      En ese camino, el lugar físico donde se desarrollan las sesiones de DMT es clave para entender sus peculiaridades. “No es lo mismo crear en un estudio de danza que en un espacio no convencional. Creo que eso tiene mucho que ver con el hecho de que la mayoría de las obras que produjimos se refieren a los derechos humanos. Los atravesamientos socio-institucionales provocan efectos singulares en la producción de subjetividad de los integrantes del elenco. Se rompe con el individualismo y con las reglas estereotipadas de género, al tiempo que se fortalece la noción de comunidad”, sostuvo Chillemi, quien hace ya tres décadas que viene organizando grupos de danzaterapia.
      Según contó, el grupo está compuesto por un total de 60 personas de todas las edades –de 5 a 84 años–, con entrada y salida permanente de gente. “Como nunca vienen todos, trabajamos con un promedio de 30 personas en cada reunión”, aclaró.
      Otro rasgo distintivo del taller de DMT que dan Chillemi y Alcaide es que, entre sus objetivos, está el montaje de una obra coreográfica. “La obra es algo muy convocante –aseguró Chillemi–, es un espacio que permite la proyección de los contenidos del mundo interno. Esto facilita la elaboración de situaciones de duelo”.
      En cuanto a las actividades concretas que proponen en el taller de Grissinopoli, contó: “Trabajamos mucho con ejercicios de tacto, contacto, entrega de peso, reconocer el código del compañero, encontrar un código de comunicación no desde la palabra sino desde el movimiento. A partir de consignas que van desde el autoconocimiento, hasta los dúos, los cuartetos, los octetos y grupos mayores, llegamos a verdaderos diseños coreográficos desde un acuerdo tácito. La experiencia modifica muchísimo y es muy modificada por el contexto”.
      Por otro lado, así como los viernes realizan las prácticas de DMT, los lunes se juntan con los alumnos para reflexionar sobre la evolución del trabajo.
      Al argumentar en favor de la DMT, Chillemi observó: “La actual mecanización nos lleva a tener los cuerpos cada vez más quietos, carentes de sensibilidad, con mayor coraza y tensiones corporales. Por eso, en nuestro taller tratamos de llevar la noción de cuerpo utilitario a una de cuerpo senso-perceptivo. Hacemos mucho énfasis en la comunicación, las consignas tienden al encuentro con el otro”.
      Respecto a la metodología, Alcaide fue breve: “La nuestra es una investigación de carácter cualitativo. El conocimiento es subjetivo y surge a partir del diálogo. Un diálogo que no tiene un carácter unívoco. Las reglas de este proceso son el resultado de compartir significados e interpretaciones sobre la realidad entre todos”.
      Tras lo cual, acotó: “Además de la investigación cualitativa, hacemos entrevistas, análisis interpretativo desde la antropología del cuerpo, desde el pensamiento filosófico político contemporáneo y desde el psicoanálisis”.
      “El nuestro no es un grupo de DMT. Tampoco es un taller de danza. Es un elenco –aclaró Chillemi sobre el final de su exposición–. Vienen tanto alumnos del IUNA de diferentes carreras como bailarines profesionales, trabajadores de la fábrica y vecinos que se acercan por primera vez a la danza. Por eso decimos que es la danza al alcance de todos. Hay mucha gente que se autodenomina ‘patadura’. Pero es maravilloso cómo se pueden descubrir capacidades ocultas cuando se da el espacio para descubrirlas”.
      Hay más información sobre el taller de DMT de Grissinopoli en www.bailarines-tlv.blogspot.com/


Ping Pong

      Al abrirse un segmento para las preguntas del público, las referentes de las tres líneas de investigación también entregaron testimonios valiosos. A continuación, un extracto de algunos de ellos.
      Salud y calidad de vida. “Tomamos el concepto de niño sano o adulto sano que se usa hoy en medicina, una noción que incluye la calidad de vida. Tomando la salud en un sentido amplio, no sólo como no enfermedad, sino también como calidad de vida, proyectos personales, metas. El tema de la calidad de vida es bastante particular porque no existe una definición universal pero hay algunos componentes que se han identificado. Hoy en día se usa el índice de calidad de vida de la OMS, aunque todavía está a prueba”. (Eugenia Lacour)
      DMT en el hospital público. “Nuestro taller hospitalario es abierto, lo cual ya marca una forma de trabajo, con pacientes autoválidos sin patología mental severa, con un rango de edades muy amplio, de 18 a 90 años. La DMT puede operar sobre distintos tipos de patologías, desde un dolor de cabeza, un resfrío, dolores articulares, dolores musculares hasta problemas más severos con amenaza para la vida como oncológicos o inmunológicos graves”. (Eugenia Lacour)
      Resiliencia. “Convocamos a los pacientes para cuatro encuentros y se quedan tres años. Porque muchas veces cuando se curan, se quedan. Quieren recordar, porque la experiencia de la enfermedad tiene bastante de fantasma, pero también se equipara a una crisis vital y tiene mucha capacidad para mover estructuras internas. Yo trato de que mis pacientes acompañen la danzaterapia con psicoterapia individual o grupal. La DMT es como una enzima: favorece la aceleración de los procesos. Junto con la enfermedad, tenemos un paciente produciendo cambios muy rápidos”. (Eugenia Lacour)
      ¿Qué es danza y qué no? Podríamos pensar a la danza como una comunicación no verbal. La danza sería como una especie de expansión creativa e imaginativa de los procesos de comunicación no verbal. Al referirnos a una mamá con su bebé podemos hablar de una coreografía de las relaciones objetales, por cómo se mueven, cómo bailan. Eso ya genera un cuerpo interrelacional, que se construye a partir del otro. (Diana Fischman)
      ¿Qué es danza y qué no? (II) La danza ritual nos demuestra que el baile es algo inherente al ser humano, así como gritar o emitir sonidos. Movernos es propio de nuestra estructura. El tema es qué consideramos danza, si lo vemos en un sentido amplio o lo vemos restringido al arte de la danza. Por eso hablamos de patrones de movimiento, que es un término abarcativo de ambas experiencias. (Diana Fischman)


Otros ámbitos de aplicación de la DMT

      A su vez, el intercambio de preguntas y respuestas, sirvió para saber sobre otras experiencias de DMT en centros de salud, como el Hospital Tobar García, el Evita de Lanús (donde se trabaja con pacientes con patología mental severa, según contó Lacour), el Italiano (donde la licenciada Marcela Báez trata a pacientes con migraña, según acotó alguien del público) y el Durand.
      A su vez, a partir de una consulta, surgió la duda sobre la posibilidad de que ya se esté trabajando sobre patologías de adicciones en la Argentina. A partir de otra, la directora de la maestría convocante, Marcela Bottinelli, contó que el IUNA ha firmado convenios para trabajar con DMT en un geriátrico, en un jardín de infantes y en el Colegio Mariano Acosta.


Ejemplos prácticos

      Como para mostrar aplicaciones concretas de los conocimientos expuestos, por la tarde las responsables de la segunda y tercera línea de investigación brindaron sendos talleres de ejercicios para todos los presentes que quisieran experimentar la DMT en carne propia. Así fue como alrededor de la mitad de los asistentes a la jornada subieron al espacio escénico del aula para seguir las instrucciones de Aurelia Chillemi, primero y, tras un recreo, las de Eugenia Lacour.
      En ambos casos, las consignas llevaron a los participantes a expresarse con una libertad inusual de movimientos, ya sea en interacción con el piso o –lo más común– en relación con los demás. Así, parejas o grupos de diferente cantidad de integrantes fueron influyéndose mutuamente en rutinas alejadas de todo estereotipo de movimiento, vinculadas más bien con impulsos interiores.
      El bienestar del cuerpo que se traslada al alma, el calor físico que faltaba en el aula escuchando, quieto, y la risa sin un motivo concreto fueron las gratificantes consecuencias del primer taller, de acuerdo a algunos de los testimonios escuchados en la devolución propuesta por Chillemi una vez terminados los movimientos.
      Cabe agregar que el taller de Lacour tuvo una temática particular, muy vinculada al auditorio de aquel día, compuesto en su mayoría por bailarines y estudiantes de danza. Titulado “Canal de parto”, el taller buscó destrabar el trabajo de preparación de tesis por parte de los estudiantes universitarios. Según contó la facilitadora, alrededor del 75% de los graduados en ciencias blandas no terminan sus tesis.


Un aire más respirable

      Las alocuciones habían sido inauguradas por Diana Delia Piazza, decana directora del Departamento de Artes del Movimiento del IUNA, quien tras una aguda reflexión sobre la expansión que experimenta el concepto de arte en el contexto contemporáneo, aseguró: “Los teóricos del arte y los artistas sostienen que ha llegado el momento de redefinir el arte y el rol del artista en esta sociedad, proponiendo otro diseño de contenidos que integren ciencia, arte y terapia a través de cruces interdisciplinarios que ya se dan en la vida cotidiana”.
      Cerró esa introducción señalando: “Con la DMT estamos transitando a través del arte, hurgando en caminos que tradicionalmente no eran los explorados por esa actividad y seguramente encontraremos nuevas maneras de construirnos, de comprendernos, de comprender el entorno y, tal vez, podamos hacer el aire más respirable”. Amen.

Carlos Bevilacqua

Recuadro 1
Hipótesis de trabajo

      Llegado el turno del primer café, los asistentes al curso pudieron conocer los proyectos de investigación sobre aplicación de DMT que vienen desarrollando alumnos de la maestría. Los datos estuvieron expuestos en diez pósters de variados recursos gráficos que se desplegaron en un rincón del amplio salón-auditorio.

      Según pudo leerse, los proyectos son:– Influencia de la DMT en la recuperación del impulso vital en adultos mayores que asisten a un centro de día. Tesista: Ana María Kaczorkievicz.
– Aplicación de técnicas y herramientas de DMT en una población con discapacidad de retraso mental moderado. Tesista: Gerardo Acosta.
– Abordaje de la cefalea tensional de origen emocional con estrategias de DMT en comunidad. Tesista: Viviana Rodríguez.
– Mujer, climaterio y DMT. Cambios en la sintomatología climatérica a partir de un proceso de DMT. Tesista: Luisa Mateus Quiroga.
– La inscripción de la violencia invisible en la vida de las mujeres. Aportes de la DMT para trabajarla. Tesista: Alicia Fernández.
– Aportes de la DMT a la vivencia de la maternidad con un hijo portador de discapacidad. Tesista: Cristina Ribas.
– Contribuciones de la DMT a los procesos de autovalidez en la tercera edad. Las fortalezas del método Laban de análisis y observación del movimiento como herramienta de aplicación para el desarrollo y la mejora de los patrones de movimiento en el uso espacial en adultos mayores autoválidos. Tesista: Viviana Taccone.
– DMT y promoción de la salud. La aplicación de DMT en personas que transitan la adultez media como promotor de calidad de vida. Tesista: Ana Abbate.
C.B.


Recuadro 2
Publicación

      Durante su discurso, Bottinelli adelantó que se publicarán textos sobre DMT a través de la Maestría del IUNA. “Una de las misiones de la producción académico-científica es la difusión y el compartir con los demás los conocimientos validados y acreditados”, sostuvo al justificar la producción editorial. La apertura formal del concurso quedó hecha con esas palabras pero habrá tiempo de presentar trabajos hasta octubre, según contó. Se premiará con la publicación al mejor trabajo de los alumnos de la maestría y al mejor trabajo profesional. La convocatoria es abierta a especialistas de cualquier institución. Las condiciones serán informadas en breve, a través del sitio web del departamento,
http://movimiento.iuna.edu.ar/
 C.B.

Imágenes: Arriba, Diana Fischman (parada) durante su disertación. Más abajo, las cinco panelistas: (de izquierda a derecha) Alcaide, Chillemi, Lacour, Celis Banegas y Fischman. Junto a los textos sobre las líneas de investigación, imágenes genéricas de danza de diferentes orígenes. Abajo: escena de uno de los talleres brindados durante la jornada reseñada. Las dos primeras fotos y la última fueron cedidas por el IUNA.

Publicado el 23-6-2011.