Glenn Miller (2 de 2)

      La música de Miller funcionaba como un contrapeso de la angustia creciente que generaba la Segunda Guerra Mundial. Esa especie de militancia se hizo explícita cuando, en 1942, Glenn Miller se alistó como voluntario para combatir contra el nazismo en Europa. Pero el suyo sería un aporte muy peculiar, porque juntó a algunos de los mejores músicos del momento para armar la Army Air Force Band (banda del Ejército y la Fuerza Aérea). En dos años, esta formación dio más de 800 conciertos con el objetivo de mantener en alto la moral de las tropas aliadas.
      En 1944, luego de la liberación de París, a Miller se le ordenó realizar una gira de seis meses por Europa continental. Él estaba en Inglaterra, así que cumpliendo con la orden emprendió vuelo junto a otros dos militares rumbo a París, pero el avión monomotor en el que viajaban nunca llegaría a destino: se desplomó en el Canal de la Mancha y murieron sus tres tripulantes. Como nunca se encontraron los cuerpos, esta muerte trágica de Glenn Miller quedó envuelta en misterio y se tejieron leyendas sobre su posible secuestro por parte de los nazis para obligarlo a ser espía, entre otras historias nunca comprobadas. Lo cierto es que Miller murió prematuramente, a los 40 años.
      Volviendo a la música de su orquesta, hay algo de elegante, de suave y de clásico en sus compases. Según Jorge Andrés, fue el artista más representativo de la llamada era del swing. “El principal mérito de Miller –subraya el veterano crítico– fue un sonido orquestal originalísimo, con clarinetistas integrados a los bronces o ubicados entre los saxos de manera no convencional, y supo trasladar eso al disco sin perder majestuosidad. Ningún otro líder blanco logró hacer de una banda bailable, de su caudal, repertorio, arreglos y comportamiento, la principal atracción, y eso sin figuras destacadas, utilizando ejecutantes adecuados pero impersonales y, aunque su fuerte eran los temas cantados, sin depender tampoco de eximios vocalistas”.
      En su libro Historia del baile, Sergio Pujol recuerda que durante la guerra mermó sustancialmente la producción discográfica en los países beligerantes porque la prioridad de los gastos y del uso de las materias primas pasó a estar en los armamentos y la logística de las tropas. Lo cual, inesperadamente, terminó favoreciendo el trabajo en vivo de los músicos en orquestas itinerantes. “Las big bands –dice Pujol– forman parte de la vida cotidiana de los estadounidenses y esto se sabe en el mundo a través de los filmes de Hollywood. Hasta la muerte de su director, la orquesta de Glenn Miller participa en varias de esas películas. Escenas de baile nunca faltan. En el climax de la noche, los trompetistas y trombonistas se paran de cara a la pista de baile, sin dejar de soplar”.
      Vamos a cerrar esta evocación de uno de los máximos exponentes de la era del swing escuchando:

Sunrise serenade (Lawrence - Carie)
String of pearls (Gray - De Lange)
I’m getting sentimental over you (Bassman)

Todos por la Orquesta de Glenn Miller 



Libreto del programa n° 13 de Melografías, emitido el 20-9-2011 por Radio Semilla, FM 106,7 MHz de la ciudad de Buenos Aires.