La compañía Circo Negro estrenó el sábado pasado una versión actualizada de Mamushka, combinación de acrobacia, teatro negro y danza que ya había cautivado en 2005 a grandes y chicos. La puesta, dirigida por Mariana Sánchez, despliega su encanto en el Club de Trapecistas Estrella del Centenario.
Una bailarina del elenco comienza a “volar” a más de diez
metros de altura, como perdida en el vaivén que le proponen los arneses que la
sostienen y el trapecio, que después toma bajo una luz normal. Es el despertar
de los primeros “¡uau!” y de los primeros aplausos. El interés del espectador
ya está cautivado por esa silueta que se mueve como si llevara un pez adentro.
Ahí, entonces, en un terreno del barrio porteño de Parque
Centenario que hace un siglo estaba ocupado por un circo, las miradas
están puestas hacia arriba y hacia todos lados para ver teatro y danza, y para escuchar
música, componentes preparados para la ocasión por Mariana Sánchez, una de las pioneras del
llamado nuevo circo. Así, en la performance multidisciplinaria comienza el
bambolear incesante de piernas, con mujeres trapecistas que pasan ingrávidas en
una experiencia onírica.
La técnica del teatro negro diferencia a Mamushka de otros espectáculos
de circo y acrobacia aérea. Las mallas negras de los artistas por momentos
niegan el piso y flotan desplegando así distintos números, tanto en el suelo
como en el espacio aéreo.
Mariana Sánchez aprovecha muy bien la luz negra para el
lucimiento de trucos visuales en el trapecio, así como los números de gimnasia
con cintas y demás elementos de colores fluorescentes. No se cuenta una
historia sino que es un constante provocar de sensaciones y estados de ánimo.
La banda de sonido con que se desarrollan las acciones es
bien amplia: va de Nina Hagen a la versión de Malagueña utilizada en
Kill Hill, pasando por el mambo de Villa-Lobos, el clásico Let the sun
shine in de la comedia musical Hair y músicas rituales de la India.
Mamushka fue estrenada originalmente en 2005 e hizo su
primera temporada completa al año siguiente, cuando tuvo que agregar más y más
funciones ante el éxito creciente de público, provocado en buena medida por el boca en boca.
Fue el primer producto de la compañía Circo Negro, fundada por Sánchez en 2004
con una sede fija en Buenos Aires. Antes, esta artista de sólida formación en
danza y circo había optado por un formato circense itinerante que
le permitió actuar en varios países de Europa y América Latina, casi siempre al
aire libre. En la década del ’90 también había participado de la creación del
mítico grupo circense La Trup junto a Gerardo Hochman y Marcelo Katz.
La mamushka como símbolo
Las mamushkas (o matrioshkas) simbolizan la fertilidad, una madre dentro de otra; una historia dentro de otra, que a su vez está dentro de otra, y está contenida por otra en una secuencia que generalmente es de siete pero que puede extenderse hasta el infinito. Un interesante juego que la noche de este estreno se tradujo en un efecto de luces que le brindaba a la coreografía aérea dos dimensiones para después, sí, imponer todo el color en la oscuridad.
Las mamushkas (o matrioshkas) simbolizan la fertilidad, una madre dentro de otra; una historia dentro de otra, que a su vez está dentro de otra, y está contenida por otra en una secuencia que generalmente es de siete pero que puede extenderse hasta el infinito. Un interesante juego que la noche de este estreno se tradujo en un efecto de luces que le brindaba a la coreografía aérea dos dimensiones para después, sí, imponer todo el color en la oscuridad.
Vestidas generalmente con los trajes tradicionales rusos
(sarafán) y sus cabellos escondidos bajo un pañuelo, las mamushkas –dicen–
traen suerte, o acaso esa sea la mejor excusa para venderlas como souvenir. En
definitiva, la gente va al circo buscando imágenes que la entretengan, que la
hagan feliz, que la diviertan. El regalo que dan los artistas a nuestra
fascinación.
También dicen que cada vez que un deseo se cumple hay que
abrir la muñeca y liberar la que está allí dentro. Lo cual explicaría por qué
las mamushkas representan el infinito... Simultáneamente, las habilidades
acrobáticas se desarrollan a partir de telas, cuerdas, trapecios y aros: el
infinito también está contenido en ellos.
¿Hay lugar para el pensamiento cuando la imagen avasalla? El
ahora Club de Trapecistas Estrella del Centenario fue el circo donde un grupo
de acróbatas rusos y ucranianos ensayaban piruetas, allá por los años '20.
Después se convirtió en una fábrica que confeccionaba telas y prendas. Estuvo
en venta durante diez años y fue recuperada, luego de una casualidad, por el
nieto de uno de los integrantes de aquella troupe, que transformó el galpón,
otra vez, en una escuela de circo. La palabra “mamushka”, entonces, bien puede
interpretarse como un homenaje a aquellos cirqueros soviéticos.
Guillermo Chulak
Ficha técnica
Mamushka. De la Compañía Circo Negro. Dirección: Mariana Sánchez. Elenco: Andrea Silva, Agostina Degasperi, Magalí Martofel,
Lucila Rocca, Antonella Muruaga, Luciana Rotemberg, Lucila Jrimian, Luciana
Losada, Mariana Makcrucz, Mariana Sánchez, Maria Teresa Ciarla. Producción
general: Pablo Zarfati. Dirección: Mariana Sánchez. Duración: 60 minutos. En el Club de Trapecistas Estrella del Centenario, Ferrari
252, CABA. Por las vacaciones de invierno, durante esta semana se ofrecerá los
días 21, 22, 27 y 28 a las 19. A partir de agosto, los sábados a las 21 y
los domingos a las 20.
En la foto, una de las imágenes de la obra. Gentileza de la agencia Pintos & Gamboa.
Publicado el 21-7-2012.