Una licuadora de estilos


Pianista, compositor, arreglador y director musical, Nicolás Sorín es un músico dúctil que puede dirigir una big band, componer música para películas o producir un disco de Miguel Bosé. Pero sus ideas más personales cobran otro protagonismo en su octeto, con el que editó un inclasificable disco debut titulado Cosmopolitan.
     
      El grupo nació en Nueva York, hace ya doce años. Cuenta su mentor, Nicolás Sorín, que en aquel entonces el saxo alto era tocado por un israelita mientras, a su lado, un libanés se ocupaba de la guitarra. Eso, en un contexto en el que había además dos ingleses y un italiano, todos bajo las órdenes de un argentino (el propio Sorín, que había llegado para estudiar en el prestigioso Berklee College of Music). Con esa formación, el octeto se movió en la gran manzana con buena repercusión, pero se discontinuó cuando Nicolás volvió al país. En 2006 retomó su idea con músicos argentinos de primer nivel. Tras mucho experimentar en los ratos libres que dejaban los trabajos de cada uno, el año pasado editaron un disco debut inclasificable, plagado de influencias varias, algo así como un reflejo sonoro de la aldea global. Con esos antecedentes, no es raro que ese álbum se llame Cosmopolitan.
      "Yo venía de trabajar con big bands y orquestas de cuerdas, o sea siempre con mucha gente. El octeto era una buena alternativa para evitar el embrollo de una big band y, al mismo tiempo, tener una sonoridad colectiva fuerte", explica el pianista, que a poco de egresar de Berklee se empezó a destacar también como arreglador, compositor y director musical. "Al no ser tan grande como una big band, este formato también permite que pese la personalidad de cada músico", observa Nicolás, autor de la música de las últimas cinco películas de su papá, el cineasta Carlos Sorín.
      El seleccionado local que armó en torno a su piano para grabar formó con Juan Suárez en trompeta, Gustavo Musso en saxo alto y soprano, Nicolás Said en saxo tenor, Martín Pantyrer en saxo barítono, clarinete y clarón, Lucio Balduini en guitarra eléctrica, Mariano Sívori en contrabajo y bajo eléctrico y Daniel Pipi Piazzolla, cuya batería entra y sale en buena parte del disco. "En realidad somos entre once y doce –aclara Nicolás– con la idea de que nunca seamos menos de 9. La idea es no tener bajas, si alguien no puede venir, tiene reemplazo y si hay disponibles más de ocho, aumentamos el volumen de los vientos". De hecho, ya en la placa participan otros músicos: el guitarrista Esteban Serniotti le da un tono rockero a Abraxas y la Orquesta de Cuerdas de Fernando Suárez Paz (eximio violinista que supo trabajar con Ástor Piazzolla) impregna de lirismo la romántica Orquídea.
      De las diez piezas de Cosmopolitan, todas escritas por Sorín, cinco son instrumentales. La otra mitad lleva letras oscuras, tanto que –más allá de la ambigüedad de sus mensajes– sólo dos están escritas en castellano, otras dos en inglés y una ¡en ruso!, todas cantadas por el propio Nicolás. La originalidad del trabajo tiene correlato en el arte de tapa, que además de las letras y los datos de grabación, incluye hermosos dibujos de Lisandro Ziperovich.
      Y así como el título del CD adelanta el eclecticismo del trabajo, cada uno de los diez temas que lo integran también llevan nombres elocuentes. Si bien todos guardan sorpresas y matices, es evidente que en la inaugural St. Argentaine la ferocidad de la música balcánica convive con lugares comunes de la argentinidad en la letra que canta (o más bien recita) Rodrigo Flores. Como también salta al oído el folclore ruso en la ciclotímica Rusia pop, ya sobre el final del disco, que cierra con una Cavallería boliviana, insólita reformulación de ritmos del Altiplano en clave marcial. En un juego de guiños casi permanente, los títulos de los temas tampoco son inocentes. El balero de Mabel, por ejemplo, bien puede leerse como una cita al Bolero de Ravel, aunque más no sea en cierto in crescendo del motivo principal.
      "Quedé muy contento. Fue un laburo que llevó más de diez años. Si no fuimos más expeditivos fue porque en el camino tuve que cumplir con varios trabajos, algunos en España como productor discográfico", cuenta Sorín, que produjo los últimos cinco discos del cantante Miguel Bosé, el último hecho de duetos con figuras de la talla de Juanes, Penélope Cruz, Joaquín Sabina y Juan Luis Guerra.
      Respecto del carácter inclasificable de su primer disco solista, dice: "Creo que es una música irreverente, que juega mucho con los estilos. Me gusta no saber mucho sobre música balcánica y, sin embargo, hacer mi versión de la música balcánica. Lo mismo con la chacarera, por ejemplo. No me metí con un afán riguroso en ningún estilo, pero aparecen por todos lados en una especie de licuadora. Algo lógico si se piensa que nacimos como una mixtura de nacionalidades y estilos",
      Editado por la Unión de Músicos Independientes, Cosmopolitan será presentado el próximo martes 17, desde las 21, en La Oreja Negra, Uriarte 1271, CABA en un concierto que excederá la habitual recorrida por el material grabado. "Vamos a tocar dos temas nuevos que van estar en el próximo disco, que seguramente va ir un poco más por el lado del rock y de la canción", adelanta.

Carlos Bevilacqua
Publicado el 15-7-2012.

En la imagen, el octeto en acción. Foto de Alejandra Aranda.