Parte de la vasta producción de Leonardo Da Vinci es presentada de manera original y amena en Leonardo TP Nº1, obra de la Compañía La Arena-UNSAM que podrá verse hoy y mañana en el Centro Cultural Haroldo Conti.
Cinco siglos después de haber dejado su huella, la figura de Leonardo Da Vinci sigue siendo atractiva por su espíritu inquieto, audaz, muchas veces genial, capaz de acercarse tanto al arte como a la ciencia, campos que para el común de los mortales suenan inconciliables, y por todo lo que aportó a la mentalidad moderna. Sin embargo, su obra no suele ser temática de espectáculos. Haberla elegido ya es una muestra de sagacidad por parte de la compañía La Arena-UNSAM. Un mérito que se extiende al tratamiento que recibe esa materia prima. La inercia de lo conocido llevaba a un tono solemne o a focalizarse en las resistencias que generaron sus creaciones en la sociedad italiana de la época. Sin embargo, el genio del Renacimiento aparece en Leonardo TP Nº1 a través de algunos de sus hallazgos en un formato ameno, dinámico y con buenas dosis de humor, según pudo observarse en la única función ofrecida anteayer en el templo de la Comunidad Amijai.
En poco más de una hora, la obra repasa algunas de las conclusiones que el artista toscano obtuvo luego de estudiar minuciosamente el cuerpo humano, reconstruye el proceso que lo llevó a inventar mecanismos como el de la bicicleta y divierte con la lista de los comportamientos que un comensal no debe tener frente a una mesa, todo basado en textos del propio Leonardo. Los ocho integrantes de la compañía van representando con gracia y destreza las diferentes nociones que alguno de ellos enuncia. Para eso se valen de variados recursos: danza (particularmente de varias formas de la contemporánea), acrobacia, teatro, interacción con objetos diversos, proyecciones y música en vivo.
Tanto en la confluencia de esos lenguajes como en la solidez de la puesta se percibe el sello de Gerardo Hochman, director fundador de La Arena, desde 2009 asociada a la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Hay cierta madurez en las escenas, que tienen objetivos claros, sin por eso resignar originalidad o elegancia. Además de ser bellas, las coreografías de Lucas Condró están llenas de sentido. La suya es una grata manera de recordarnos que la introspección, la autorreferencia y el mero hedonismo del movimiento no son los únicos caminos posibles para la danza.
La dramaturgia de Leonardo TP Nº1 es sencilla: presenta a un grupo de estudiantes que luego de preparar un trabajo práctico sobre Leonardo Da Vinci, hacen una presentación de lo que lograron averiguar. En ese camino, además de una experiencia sensorial, la obra resulta didáctica, ya sea para convocar conocimientos olvidados o para incorporar nuevos. También consigue el objetivo que se plantea en el texto promocional de renovar la curiosidad sobre el personaje evocado. Uno sale con ganas de leer sobre Da Vinci, sus obsesiones, su personalidad y su contexto histórico.
Con un nivel parejo, el elenco de bailarines se luce con similar eficacia en todas las disciplinas enumeradas. Como haciendo honor al generalismo de Leonardo, Mariana Zarabozo, Germán Fonzalida, Rodrigo Oses, Silvina Bastías, Manuel Quesada, Flor Valeri, Pablo Prámparo y Martín Samanna se mueven con una técnica impresionante.
Las acciones son acompañadas por música original que articula melodías renacentistas con arreglos más actuales. Buena parte de esa banda sonora es generada en vivo por la cantante Ana Mancini y los músicos Juan Bellagamba y Sebastián Verea, además autor de todo lo que se escucha.
El espacio escénico no es llano. Está compuesto por una serie de estructuras de tablones y tubos metálicos de diferentes alturas confeccionadas por Duilio della Pittima y Ernesto Sotera. La mecánica del cuerpo humano y algunos inventos de Da Vinci son reproducidos por creaciones del titiritero Tito Lorefice.
Leonardo TP Nº1 se estrenó en octubre de 2011 durante el Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires (FIBA), luego de recibir el premio que el encuentro organizado por el Gobierno de la Ciudad otorga a los proyectos teatrales. Poco después, protagonizó un ciclo de 11 funciones en Ciudad Cultural Konex y participó del Festival Internacional de Bogotá (Colombia), donde fue presenciado por unas 10.000 personas. También se presentó en salas de Rosario, Santa Fe y Córdoba. En junio último también se ofreció durante dos fines de semana en el Teatro Timbre 4.
Este fin de semana, las excitantes secuencias de este trabajo llenarán de vida un lugar que progresivamente la va recuperando, tras su funesta historia en los años ‘70: el Centro Cultural Haroldo Conti (ex ESMA), ubicado en Av. del Libertador 8151, CABA. Allí los bailarines-acróbatas de La Arena desplegarán su versión del mundo leonardesco hoy, desde las 21, y mañana, de las 19:30, con entrada gratuita.
Carlos Bevilacqua
En la imagen, una de las escenas de la obra. Foto gentileza de Débora Lachter.
Publicado el 1-9-2012.