Luego de seis años, volvió Músicas de Provincia, el encuentro de intérpretes más trascendente que tuvo el folclore del siglo XXI en Buenos Aires. Junto a una crónica de lo ocurrido ayer y anteayer en el ECuNHi, adelantamos las actividades previstas para hoy y mañana.
Nació como una movida autogestionada por varios músicos del interior que querían mostrar lo suyo en Buenos Aires. Con el tiempo, pasó a ser un festival organizado por el gobierno porteño. Pero luego de siete ediciones, en 2007 fue borrado del calendario cultural por el entonces nuevo gobierno municipal, encabezado por Mauricio Macri. Este año Músicas de Provincia volvió a ser una realidad gracias al esfuerzo del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) de Madres de Plaza de Mayo, apoyado por artistas y entidades de diversa índole. Si bien no tiene ni la estructura ni la convocatoria que llegó a tener a mediados de la década pasada, en su octava edición el encuentro vuelve a ofrecer valiosos shows de artistas de todo el país junto a charlas, talleres, exposiciones y lanzamientos. Todo con entrada libre y gratuita.
La apertura del encuentro reunió el miércoles pasado en el Auditorio de la Biblioteca del Congreso al Coro del ECuNHi con el cantautor Raúl Carnota, referente de la experimentación que encararon las últimas generaciones de folcloristas.
Recién anteayer arrancó la parte más intensa del programa en la que será su sede por antonomasia: el edificio principal del ECuNHi, sitio de fuerte carga simbólica porque está ubicado en el predio que ocupara la ESMA, centro clandestino de detención durante la última dictadura militar. Sobre el atardecer, una de las aulas de ese edificio albergó una interesante charla sobre “Recursos para la Autogestión”, con testimonios del bailarín Jorge “Negro” Valdivia sobre el Encuentro de San Antonio de Arredondo (Córdoba) y de Juan Lucangioli, en tanto director del Festival Americanto de Mendoza.
La música en vivo llegó un rato después. Primero con una versión reducida del trío Aca Seca, con Andrés Beeuwsaert y Juan Quintero pero sin Mariano Cantero. El primero desde el piano y el segundo desde la guitarra y la voz llenaron el aire de esas sutilezas bucólicas que saben tejer con creaciones propias o ajenas. A continuación, sedujo la voz clara y expresiva de Marina Santillán, cantante porteña de amplio espectro estilístico que anteanoche mostró su versatilidad sobre un repertorio también diverso: su propio tema Corazón, la chacacera La media pena, una zamba de Hamlet Lima Quintana y Oscar Alem, la canción Marina de Sebastián Monk, una heterodoxa versión de Los Hermanos (Atahualpa Yupanqui) y hasta un homenaje al Flaco Spinetta con los versos de Quedándote o yéndote. En todos los casos, acompañada por la dúctil guitarra de Juan Pablo Ferreira. Aquella jornada se cerró con el tono contestatario del cantautor Pablo Mema. Con un perfil que recuerda a la llamada canción de protesta de los años '70 y ’80, el santiagueño se explayó primero con las letras de “autores que creían que se podía cambiar el mundo”, según los definió a Chico Buarque, Víctor Jara y Armando Tejada Gómez, entre otros. En la segunda mitad del recital interpretó su propia poética en canciones como Hayno del viejo río, la zamba El otoño es un yaraví.
Ayer la noche empezó de la mejor manera: una charla-debate acercó agudas consideraciones en torno a “La canción de nuestros días”. Teresa Parodi, ícono de la música litoraleña y directora del ECuNHi, trazó al comienzo un panorama de las etapas que desde su visión atravesó la canción popular desde la formación del movimiento del Nuevo Cancionero, para terminar refiriéndose al presente como “un buen momento”. “Hay muchos artistas comprometidos con la profundidad y la belleza”, opinó. A su turno, el periodista Santiago Giordano azuzó preguntando qué es el folklore e hizo notar cómo el género nació con un mandato moral que lo ató siempre a cierta pacatería en las temáticas de sus letras. En parte por falta de tiempo, los demás participantes del panel (Fernando Barrientos, Raúl Orozco y el “Topo” Encinar) no llegaron a desarrollar muchas ideas, aunque sí a introducir algunas notas de humor.
El escenario deparó luego un predominio cuyano: Juan Lucangioli lució sus influencias mendocinas al interpretar, solo con su guitarra, canciones de su autoría; el acordeonista Néstor Acuña trajo chamamé tradicional de alto vuelo al frente de un cuarteto instrumental; Mónica Abraham conmovió cantando cuecas y tonadas en compañía del guitarrista Fredy Vidal; y cerró el dúo Orozco-Barrientos con ese corpus de canciones cuyanas que los mendocinos supieron imponer desde la aparición del CD Pulpa. Lamentablemente, algunos problemas de sonido trabaron el fluir de los shows.
Hoy el encuentro continuará con los shows del neuquino Walter Cuevas, el grupo vocal Santaires, la cordobesa Yanina Arias, los mendocinos del Dúo Nuevo Cuyo y el cantautor tucumano “Topo” Encinar, desde las 19. Mañana, en tanto, será el turno del grupo jujeño Inti Wayra, el dúo platense Wagner-Taján, el santiagueño Motta Luna y el jujeño Bruno Arias, desde las 18. Los dos días habrá además un taller de danzas folclóricas dictado por Jorge Valdivia y Yanina Arias, desde las 16. La cita es, como ayer y anteayer, en Av. del Libertador 8465, CABA.
Carlos Bevilacqua
En la imagen, Juan Pablo Ferreira y Marina Santillán. Foto de Luis Brizuela.
Publicado el 13-10-2012.