El grupo vocal Opus Cuatro lleva más de 44 años deleitando con inspiradas versiones de canciones de todo el continente americano. Durante febrero prolongarán la costumbre a través de un ciclo con invitados en Los 36 Billares.
Entre el tenor Alberto Hassan, el barítono Hernando Irahola y el bajo Federico Galiana hay una compllicidad natural. O, mejor dicho, producto de 33 años de trabajo conjunto. El también tenor Andrés Bugallo, que se sumó hace apenas seis meses, no deja de ser de la familia Opus Cuatro: es el sobrino de Lino Bugallo, uno de los fundadores del grupo. Por lo que transmiten sobre el escenario, cabe suponer que no va a pasar mucho hasta que el menor de los cuatro pase a ser parte de ese juego humorístico que a veces se da entre una canción y otra. Por lo pronto, ya se incorporó sin mayores dificultades al exquisito juego musical que caracteriza al cuarteto, según pudo verse en el recital que anteanoche ofrecieron en Los 36 Billares con el acompañamiento del pianista Claudio Méndez, como apertura de un ciclo que los tendrá los próximos tres viernes de febrero sobre ese mismo escenario céntrico.
Aunque titulada "Tangos, valses, milongas y algo más", la fecha inaugural del ciclo fue generosa en otros ritmos. En la primera mitad se escuchó desde folclore argentino hasta jazz, pasando por otros folclores latinoamericanos y algo de gospel. En ese camino, resultaron particularmente originales las versiones de la chacarera Desde el puente carretero (estreno para el grupo), Volver a los 17 (la romántica canción de la chilena Violeta Parra) y Aguas de marzo (del brasileño Antonio Carlos Jobim, con un gracioso contrapunto entre las voces). En general, con los tenores en plan melódico y los otros dos integrantes más abocados a ritmos y armonías, pero con frecuentes variantes. "Los roles se reparten mucho. En la estructura de los arreglos pasamos muy seguido del cuarteto al solista, a diferencia de otros grupos vocales, como el Cuarteto Zupay o Buenos Aires 8, que siempre sonaron más como cuatro voces parejas", había adelantado Galiana, en diálogo con Melografías, horas antes del espectáculo.
El último tramo del show sí fue netamente porteño. Arrancó con un solo de Méndez para los compases de Adiós Nonino, el réquiem de Ástor Piazzolla al que se sumaron luego las cuatro voces en fascinante entramado de tarareos. Méndez tuvo luego su tramo meramente solista con una versión instrumental de Cambalache y fue luego soporte para que Irahola reivindicara el baile típico porteño con El firulete. Acto seguido, Alberto Hassan (acaso el rostro hoy más reconocible del grupo) sorprendió gratamente con el humor que destila la Milonga burrera. El gran Ástor volvió a ser protagonista sobre el final, con el vuelo de Libertango, otra vez armada en base a scats.
Para los demás viernes de febrero, los Opus Cuatro tienen planeadas variantes, pero dentro del mismo esquema básico. El 8, el recital fluirá bajo la consigna "Repiqueycanto", gracias al plus de percusión que aportará Gabriel Said. El 15, actuarán acompañados por el eximio charanguista Rolando Goldman. Y el 22, la interacción se dará con el guitarrista Esteban Morgado, otro virtuoso y dúctil compinche de cantantes. "Cada uno de los invitados permite diferentes maneras de hacer lo mismo –justifica Galiana–. Porque en realidad nos vamos a manejar con los mismos 30 temas, de los cuales vamos a ir eligiendo unos quince para cada vez".
Producto de una cuidada selección, ese repertorio es una de las marcas de identidad del grupo. Recorrer los 22 discos de Opus Cuatro implica toparse con canciones clásicas de aquí y allá, todas de inmarcesible calidad. Otro aspecto fundamental a la hora de ponderar los logros del grupo es el de los arreglos, en su mayoría escritos por Juan Carlos Cuacci. "Él fue nuestro arreglador histórico –cuenta el bajo–, pero en los últimos años fuimos sumando varios arreglos de Hernando (Iraola)".
A la hora de definir la naturaleza de la agrupación, Federico acepta sin más la imagen de un abordaje académico para la música popular que propone el cronista: "Sí, somos un grupo de cámara, lo cual se explica en buena medida por nuestras formaciones. Pero a su vez conseguimos un sonido popular, algo que no ocurrió con muchos grandes cantantes del Teatro Colón, que cuando hicieron música popular siguieron sonando muy líricos". Si bien el formato "a capella" define la esencia del cuarteto, todos saben aportar sutiles acompañamientos instrumentales: los tenores desde el piano, Irahola con guitarra y Galiana a través de la percusión.
Opus Cuatro nació en 1968, como parte de una tendencia hacia los grupos vocales que caracterizó al folclore en los '60 y '70. Sus fundadores, entre los que estaban Hassan y Galiana, integraban en aquel entonces el Coro Universitario de La Plata. Desde sus comienzos, incluyeron música afroestadounidense, sello distintivo de un repertorio compuesto además por diversos ritmos folclóricos del cono sur. La excelente repercusión obtenida les permitió cumplir con más de 7.600 actuaciones en 36 países. Hoy constituyen el grupo vocal argentino de mayor trayectoria ininterrumpida, según aseguran con orgullo.
Carlos Bevilacqua
Publicado el 3-2-2013 .