En poco más de cuatro horas, el Encuentro Nacional de la Nueva Expresión (ENNE) reúne a decenas de artistas emergentes con un público particularmente receptivo. Ocurre una vez al año, con entrada libre y gratuita. La inminente edición, a celebrarse el 8-10 en el barrio porteño de San Cristóbal, promete más hallazgos en esa línea.
Hay algo de realidad paralela en el ENNE. En apenas cuatro horas y media, se pueden apreciar los trabajos de decenas de artistas valiosos en diferentes disciplinas. Todo en un mismo predio (que a su vez dispone de diferentes espacios) y de manera gratuita. Los espectadores van de un espacio a otro, pueden estar desde el principio o sumarse cuando la programación ya está promediando o terminando. En ellos se adivina un espíritu de búsqueda similar al que anima a los artistas, que se distinguen por cierto grado de originalidad en sus obras. Ese público es diverso en cuanto a conocimientos previos de los artistas y también en cuanto a edades, porque aunque predominan los jóvenes hay también muchos niños y personas mayores. ¿Cuánto tiene todo eso que ver con las atmósferas que reinan en los demás eventos culturales? ¿O con la pasividad del que se queda en casa consumiendo películas o series vía control remoto? ¿O de lo previsible que resultan los festivales más taquilleros?
Si bien desde su primera edición (en 2008) el Encuentro Nacional de la Nueva Expresión fue adquiriendo rasgos insospechados, buena parte de esa heterodoxia es mérito de sus actuales organizadores: los guitarristas Juan Pablo Esmok Lew y Federico D’Atellis, a su vez integrantes del dúo Color a Nuevo. “Desde el comienzo, lo que buscamos fue juntar fuerzas –cuenta Esmok Lew–. La idea fue y es que artistas de diferentes disciplinas tengan un espacio común para dar a conocer sus creaciones. Artistas que tal vez tienen dificultades para llegar al público porque tienen un perfil propio, que difiere de lo clásico. Son artistas con cierto grado de frescura, de autenticidad en lo que hacen. Y para el público, da la posibilidad de ir a ver a un artista conocido, pero además a otros hasta entonces desconocidos, de manera que es una instancia que permite descubrir artistas”.
El ENNE, cuya próxima edición se realizará el 8-10, tiene además una dimensión social que lo caracteriza. “Es además una instancia para encontrarse y compartir”, señala Juan Pablo, quien además de guitarrista y compositor, es docente. E inmediatamente se entusiasma al adelantar la programación que este año tendrá el encuentro, a realizarse en el Centro Cultural Julián Centeya de 18 a 22:30 hs.
Los artistas confirmados para la inminente edición son la bailarina Mache Figgini (que presentará su obra Brotar), la agrupación Elemental (que utiliza botellas para un show que combina luz, sonido y movimiento), la cantante Valeria Donati (quien interpretará un repertorio de autoras latinoamericanas), Mariano Mistik (talentoso practicante de sombras chinescas que ya participó de anteriores encuentros), el Argüello-Magud Ensamble (que anuncia "un puente entre el folclore y la música contemporánea), el clown Philipe Von Rueda (otro reincidente del ENNE versión 2014), la artista plástica Paula Waimberg (que expondrá en el salón que vincula los dos auditorios), los VJs Mariana Gabor y Miyo (que irán comentando la música en vivo con proyecciones improvisadas sobre el fondo del escenario), el fotógrafo Juan Biderman (también expositor en las paredes del predio) y el escultor Zeta Yeyati (quien, como el año pasado, expondrá en el Centeya alguna de sus obras).
En materia de charlas y talleres, impartirán nociones la cantante Alejandra Fernández (bajo la consigna Voz en vos), el guitarrista Esteban González (en torno a la experimentación desde su instrumento), el percusionista Miguel Ángel Lúquez (mentor de la consigna "Toco con poco" para la construcción de instrumentos), la artista plástica Ana Carrizo (cultora del origami) y los bailarines Ariel Bustos y Carolina Lugo (como docentes de la Escuela Folclore en Movimiento),
Además tendrán stands para difundir sus emprendimientos la revista Tinta Roja (dedicada al tango actual), la editorial Historietecas, el guitarrista Esteban González, Melografías, nuestro par Entremúsicas (sitio web especializado) y diversos luthiers.
El resto, en un rol indispensable, lo hará el público. Esmok Lew, que a poco de andar se asoció para la organización con su socio musical Federico D’Atellis, observa entre los asistentes al ENNE una curiosa diversidad: “Hay público que viene a ver a determinados artistas, otro que es del barrio y también sospecho que hay un público propio del encuentro, que adquirió la costumbre de venir año tras año”.
El Encuentro Nacional de la Nueva Expresión es también un ejemplo de constancia en la autogestión. Luego de concretar la idea de manera totalmente independiente durante tres años, a partir de la cuarta edición, el ENNE ganó el concurso de proyectos postulados para ser beneficiarios de la Ley de Mecenazgo de la Ciudad. A través de ese sistema, que le permite a determinadas empresas derivar el pago de impuestos a proyectos culturales, el encuentro recibe un subsidio del Gobierno de la Ciudad, que además es quien cede su espacio, ubicado en la Avenida San Juan 3255 (CABA).
Carlos Bevilacqua
Publicado el 23-9-2016.
Imágenes: Arriba, Alejandra Fernández dando su taller "Vos en voz"; abajo, Juan Quintero en concierto. Fotos tomadas por Laura Barreiro durante el ENNE 2015.